10-12-2010 HOY PROGRAMA ESPECIAL....




Se acaba el campeonato, queda poco del 2010. Para festejarlo tiramos la casa por la ventana y la pelota Cruzando la Frontera.

Al Final salió el mixto: Escuchános hoy a las 22hs (Bs. As.) el mezcladito de Pelota Perdida y Cruzo la Frontera. Las chicos por aquí las chicas por allá.

Para un mix de fútbol, lugares, sonidos y otras sorpresas.... en VIVO por www.radioandante.com.ar

Encontrá los programas viejos y otras cositas:
www.PelotaPerdida.blogspot.com


Los Ojos del Loco


“Los momentos de mi vida en los que yo he crecido tienen que ver con los fracasos; los momentos de mi vida en los que yo he empeorado, tienen que ver con el éxito. El éxito es deformante, relaja, engaña, nos vuelve peores, nos ayuda a enamorarnos excesivamente de nosotros mismos; el fracaso es todo lo contrario, es formativo, nos vuelve sólidos, nos acerca a las convicciones, nos vuelve coherentes. Si bien competimos para ganar, y trabajo de lo que trabajo porque quiero ganar cuanto compito, si no distinguiera qué es lo realmente formativo y qué es secundario, me estaría equivocando”.
Marcelo Bielsa

Como escritor suelen asaltarme imágenes que me piden ser escritas. Los temas de mis textos aparecen así, como imágenes abruptas, repentinas, que requieren ser explicadas luego a lo largo de las páginas.
Pues bien, esta no es la excepción. Y la imagen que primero me viene a la cabeza es una de Bielsa. No demasiado antigua. Se remonta al Mundial de Sudáfrica. El equipo que dirige, Chile, está perdiendo con Brasil por octavos de final. No pierde uno a cero. Ni pierde dos a cero. Pierde tres a cero y falta apenas un rato para que el partido termine. Bielsa está en cuclillas muy cerca de la línea del lateral. Está en cuclillas y mira. La cámara –una de las numerosas cámaras- le hace un primerísimo plano. No ya de su cara, sino de sus ojos. Toda la pantalla son los ojos de Bielsa. ¿Qué están diciendo los ojos de Bielsa mientras mira ese partido definido? Dicen muchas cosas. Llevan adheridos un montón de sentimientos. Bielsa clava los ojos en ese partido con una concentración rotunda. Bielsa se enoja con cada error de los suyos, con cada desatención, con cada chambonada. Bielsa se entusiasma cuando los hombres de rojo hilvanan unos cuantos toques, cuando progresan hacia el arco de Brasil. Bielsa no habla. Bielsa no gesticula. Bielsa suelta rayos y centellas por los ojos.
Lo veo hacer y pienso en un titiritero manco. Bielsa no puede, desde allí, dirigir los movimientos de los suyos. Sabe lo que sus dirigidos tienen que hacer. Pero no puede hacerlo por ellos. Tiene una recóndita belleza ese seño fruncido, ese incendio de bronca, esa impotencia. Es la imagen de un hombre que está convencido de lo que piensa y de lo que siente. Y sigue convencido más allá de que, para otros hombres, las cosas ya den lo mismo. Porque Chile pierde tres a cero, y porque no hay fuerza de este mundo que pueda torcer ese destino. Pero Bielsa sigue jugando. Mientras haya partido, Bielsa lo juega. Porque para Bielsa –y eso se le nota en los ojos- importa mucho más el cómo que el cuánto. Ahí están sus ideas. Ahí están sus principios. En ese Chile que sale a hacer lo que Bielsa siente y piensa que hay que hacer.
No importa si tiene razón o no en jugar así. Su razón pasa por otro lado. Bielsa tiene razón porque dice lo que piensa y hace lo que dice. Y esa coherencia (en mi pueblo también la llamamos honradez) lo hace digno. Digno de ganar y de perder. Pero siempre digno de jugar.

(Por Eduardo Sacheri, prólogo del libro “La vida por el Fútbol, Marcelo Bielsa, El último romántico", de Román Iucht)

El verdadero folklore del fútbol



Como dice el Negro Dolina, en un partido de fútbol caben infinidad de novelescos episodios.

El domingo 19 de septiembre, en Campana, Villa Dálmine recibía a Defensores Unidos de Zárate, en una nueva edición de uno de los clásicos más famosos del ascenso.

La fría crónica periodística dirá que ganó el CADU, y que el interminable Ángel Darío Lema, veterano delantero de mil batallas en el fútbol de los sábados, fue el héroe de la jornada al marcar sobre la hora el 2 a 1 definitivo. Sin embargo, un hecho muy particular que tiene más que ver con el folklore del fútbol (en el mejor de los sentidos que el término puede suponer) fue el verdadero protagonista de la tarde.

Durante la semana previa al clásico, un grupo de hinchas de Defe compró 10 latas celestes (color de la camiseta de su equipo), le cambió las etiquetas por unas violetas (color representativo de Dálmine) y las publicó en un portal de Internet a un precio bajísimo. Gracias a un excelente trabajo de inteligencia realizado por los de Zárate, la noticia no tardó en llegar a oídos de sus vecinos, que, estafados en su buena fe, no dudaron en aprovechar la irresistible oferta.

¿El resultado? Por primera vez en la historia de los clásicos, un equipo recibió a sus jugadores con la tribuna teñida del color de su rival de toda la vida. Desde ese domingo, para los hinchas del CADU, el 19/9 dejó de ser un día más: para ellos ese día será siempre, tal como lo bautizaron, “el día de la hinchada más boluda”.

El reino de las diferencias


El reino de las diferencias


Uno tiene dignidad, el otro un gran serrucho.

Uno de ellos, con la integridad que lo caracteriza, renuncio en el momento que el proyecto que habia recomendado no cosecho lo que (al menos por el) se esperaba.

El otro afirmo, despues de una derrota 6-0, "en este barco estamos todos juntos, cuando renuncie Diego me voy yo"; y con la mezquindad que lo caracteriza y cual carroñero chupando la sangre de los heridos y vomitando mentiras se quedo -incumpliendo su palabra- en el puesto que Don Julio eligio para hacer el trabajo sucio y de paso ser el alcahuete de turno.

Uno tiene palabra, el otro balbucea.

Uno tiene puede expresar ideas con una claridad que no estamos acostumbrados a escuchar, al otro no se le puede seguir una idea clara cuando se lo escucha.

A uno de ellos el Diez lo enaltecio afirmando que fue el mejor tecnico que tuvo; al otro, el Diego; trata de no escucharlo.

Para los dos el ganar es lo mas importante; pero uno de ellos al menos tiene la dign
idad de preguntarse si vale la pena cualquier medio para llegar al fin; el otro es motivo de oprobiosa fama con la excusa de llegar al fin deseado.


A uno le dicen "el flaco", al otro "narigon"; pregonen antinomias,los dos estas distanciados por motivos que exceden lo futbolistico.

Los dos son campeones del mundo; uno con el beneficio de la localia; el otro con con la ventaja (casi robo) de tener al mejor jugador de la historia en la ideal edad de 26 años.

Si tuvieses que elegir a uno?? Con cual te quedarias??? Yo me quedo con el flaco.

1, 2, 3 OUT

Era la primera vez en diez años que la máxima categoría de nuestro fútbol doméstico llegaba a la fecha siete sin que ningún DT dejara su cargo. Tal vez por eso llame tanto la atención que tres lo hallan hecho en solo dos días. Entre ayer y hoy, Independiente, Huracán y Colón se quedaron sin entrenador.

Lo de Garnero era previsible. Pese a haber obtenido el pase a octavos en la Sudamericana tras eliminar a Argentinos, los malos resultados (cosechó solo tres de los veintiún puntos disputados) y la enrarecida salida de Gallego, último técnico campeón con el equipo de Avellaneda en 2002, conformaron un cóctel explosivo para agotar rápidamente la ya de por si frágil paciencia de los exigentes hinchas Rojos. Pero Garnero no se fue solo. Junto a él dió un portazo Menotti, que desde su puesto de secretario técnico –léase Manager-, era señalado por los hinchas como el principal responsable del alejamiento del Tolo.

Crease o no, justamente el ex River y Ñuls es el principal candidato a hacerse cargo del equipo. ¿Puede para Comparada quien hace cuatro meses era el problema ser hoy la solución?

En Huracán, la salida de Rivoira pareció ser más ordenada. Sin embargo, llama la atención que entre la decisión del Chulo y el último partido que el Globo jugó hayan pasado 3 días y que, paradójicamente, no más de dos horas después de ese anuncio Babington confirme que Brindisi es el nuevo DT.

Lo cierto es que el ex Racing, Independiente y Boca se hará cargo del equipo a partir de mañana al mediodía y es un hecho que el domingo estará sentado en el banco en el partido ante Godoy Cruz.

Otro que finalmente decidió dar un paso al costado tras amagar con dirigir el domingo para despedirse ante su público fue Mohamed. Tras más de dos años al frente del equipo santafecino, el hasta ayer entrenador con mayor permanencia consecutiva en el cargo decidió ponerle fin a su etapa como técnico de Colón, que, como ocurre siempre desde hace unos años, se armó para pelear arriba pero naufraga en la mitad de la tabla.

Sin un “Plan B” a la vista, en Santa Fe suenan para reemplazarlo Gamboa, Fosatti, Simeone, y hasta el propio Gallego, entre otros. Por lo pronto, contra San Lorenzo dirigirá Mario Sciacqua, DT de la reserva.

Historico enojo del Flaco Traverso con Gabriel Ponce de Leon en Rio Cuarto

Instrucciones para elegir en un picado


Cuando un grupo de amigos no enrolados en ningún equipo se disponen para jugar, tiene lugar una emocionante ceremonia destinada a establecer quienes integrarán los dos bandos. Generalmente dos jugadores se enfrentan en un sorteo o pisada y luego cada uno de ellos elige alternativamente a sus futuros compañeros. Se supone que los más diestros son elegidos en los primeros turnos, quedando para el final los troncos. Pocos han reparado en el contenido dramático de estos lances. El hombre que está esperando ser elegido vive una situación que rara vez se da en la vida. Sabrá de un modo brutal y exacto en qué medida lo aceptan o lo rechazan. Sin eufemismos, conocerá su verdadera posición en el grupo. A lo largo de los años, muchos futbolistas advertirán su decadencia, conforme su elección sea cada vez más demorada.Manuel Mandeb, que casi siempre oficiaba de elector, observó que las decisiones no siempre recaían sobre los más hábiles. En un principio se creyó poseedor de vaya a saber qué sutilezas de orden técnico, que le hacían preferir compañeros que reunían ciertas cualidades.Pero un día comprendió que lo que en verdad deseaba, era jugar con sus amigos más queridos. Por eso elegía a los que estaban más cerca de su corazón, aunque no fueran tan capaces.El criterio de Mandeb parece apenas sentimental, pero es también estratégico. Uno juega mejor con sus amigos. Ellos serán generosos, lo ayudarán, lo comprenderán, lo alentarán y lo perdonarán. Un equipo de hombres que se respetan y se quieren es invencible. Y si no lo es, más vale compartir la derrota con los amigos, que la victoria con los extraños o los indeseables.